Mivida es de quien con sangre la compro.
Cuando creemos que todo está terminando es cuando realmente el camino se dispone a abrir a nuestra frente todos los atajos y paisajes más inesperados, es lo que pensé en el momento en el que aterrizo el avión, al final todo había terminado, y no era así, era el principio de algo que nunca fue cerrado del todo.
Nadie podrá entender jamás, si no es que pasa por la misma experiencia, lo que es nacer de nuevo en un lugar diferente, en una lengua nueva, en una familia grande y, todo eso en pocos años, o muchos, todo depende de donde se vea, desde mi punto de vista fue mucho más que tres años, fueron toda una vida y, no me olvidare de eso.
Conocí a Dios personalmente, en un momento en que la ambigüedad de mis actos no me dejaban entender el real significado de la vida, el propósito y dirección que tomaría, fue ahí donde encontré la Luz, en las múltiples vidas que se puede vivir yo elegí siempre las peores, las mas arriesgadas, las que supuestamente satisfarían mi deseo de algo grande y nuevo, pero no, no lo conseguí.
Cada paso que daba me hundía mas, en cada lugar una vida, en cada espacio una persona diferente, y cada vez mi vida se despedazaba mas, mi vida se encontraba dividida en tantas fracciones que ni yo sabía quién gemía dentro de mi más alto o más fuerte, no era una única persona eran varias en un cuerpo cansado y dispuesto a caer, fue ahí que conocí a Dios y no antes o después, fue ahí que entendí el significado de “Separados de mi nada podéis hacer”.
Muchos pueden hablar del pedazo de mi que conocieron, cosas buenas, malas, tristes, alegres, misteriosas, raras, excéntricas, estúpidas, pero pocos pueden contar en la totalidad y reunir todos esos pedazos para decir realmente quien fue la que vivió todo eso, yo los llamo testigos vivos de mi vida, y son los mejores testimonios que puedo tener, esos pocos, contados con los dedos de la mano son los únicos que hasta hoy entendieron eso en su totalidad.
Algunos conocen a Dios de chicos, otros en su adolescencia, algunos grandes, y otros antes de morir, unos nacieron en hogares cristianos pero jamás lo conocieron personalmente, otros aprovecharon ese privilegio y pudieron mantenerse firmes, pero sea como sea al final el conocer a DIOS es lo que hace la diferencia en todos los casos, la experiencia personal con el Creador, esa mirada entre Creador y Criatura, que nos permite pasar a ser Hijos e Hijas de un PADRE que nos adopta en su familia y en su plan eterno.
Nuestras decisiones son importantes a lo largo de ese proceso, nos hacen avanzar o retroceder, porque podemos estar seguros de que corremos en la dirección correcta pero muchas veces ese avanzar no significa progreso sino una fuga del verdadero camino, como lo expreso un escritor cristiano “ no siempre avanzar es ir para adelante a veces retroceder es un gran avance” , volver a tiempo, reconocer que estamos corriendo para el lugar equivocado, o caminando hacia cualquier otro lugar que no es el correcto es más sabio y mejor.
Para poder reconocer que estamos equivocados, que pecamos, que necesitamos de la gracia y misericordia de Dios se necesita mucho valor, ese valor que nos lleva a la humildad, al reconocimiento de que solo Dios puede salvarnos de esa vida, sea cual sea la vida que estemos llevando, puede ser una vida “buena” sin preocupaciones mayores, sin dificultades económicas, sin nada de “malo”, en todo eso siempre somos nosotros los que tenemos el control y es por eso que nos parece “bueno” todo lo que hacemos, pero cuando nos despojamos de ese “YO” y dejamos examinar a DIOS nuestra vida, cuando vemos bajo la lupa de su santidad , vemos que existe algo mayor que eso “bueno” que podemos estar viviendo, existe algo mayor , que es la voluntad y soberanía de DIOS, lo mejor, esa gracia admirable, que hace que llueva sobre justos e injustos, que ama sin condición, que toca la puerta y que espera para aproximare a su creación en amor, el propio Dios.
Ya del otro lado quien fue malo y se da cuenta de la maldad que vivió durante mucho tiempo tiene la actitud de humillarse ante algo que no merece, el perdón de los pecados, esos pecados que durante mucho tiempo fueron un estilo de vida son descubiertos bajo la luz de la libertad como cadenas y lazos que dejaban ciego y sin opción al ser humano hasta ese momento ciego y dominado, en este momento recuerdo el pasaje de Lucas 7:42 “ Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amo mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amor muestra.”, ella no amo mas a Jesús de lo que cualquiera de nosotros podría amarlo, ella amo a Jesús por lo que EL hizo por ella, la mujer sabia de la dimensión de sus pecados, y solo quien peca sabe el verdadero peso de eso, es una relación entre pecador y perdonador, rendido y redentor.
Pero en los dos casos se trata de pecadores, todos estamos ante el mismo DIOS y bajo el mismo amor, la misma justicia, el mismo juicio y, todos contamos con el mismo Salvador, JESUS.
Ese fue el inicio de mi descubrimiento sobre Dios, yo necesitaba de EL, solo en EL encontraría la verdadera identidad que a gritos yo pedía y no encontraba, solo en EL encontraría en sentido de tantas cosas perdidas y vividas, yo decidí amar a Dios, por lo que el Fue, Es y Sera, conmigo y con todos.
Puedo dar testimonio de que EL hizo muchas cosas por mí, desde sanarme de lo imposible, hasta salvar mi vida de la muerte en muchas ocasiones, eso puede ser motivo de alabanza a Dios, y lo alabo por eso, pero no hago de todo eso el fin de mi adoración o mi amor a DIOS, yo decidí amarlo mas allá de los milagros, regalos, mimos, abrazos, o todo lo que El pudo haberme dado hasta el día de hoy, antes de eso el ya me había elegido, El antes que nadie sabía que algún día esas cosas pasarían y mismo así me dejo vivirlas.
Podría pensar que mi Dios es un torturador, que se alegra en las desgracias para que de esa forma nos aproximemos a Él en busca de su favor, pero no, Dios no podría ser así , después de todo quien siendo malo da lo mejor para sus hijos?... Su propia vida fue la señal de ese gran amor, la reconciliación a través de la vida de Jesús fue la grande prueba de su santidad, misericordia, fidelidad y justicia para con su creación.
El me amo, a mí, un ser poco amable. Cuando yo pienso en mi misma y reflexiono en el versículo de Mateo 22:37 “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, me imagino la forma en la que me amo.
Cuando irrito con otra persona por algo que hizo pienso en como esa persona es capaz de ser así, pero cuando soy yo misma la que irrita a otros me enojo conmigo misma, cuando descubro en mi pecados que son totalmente condenables me siento muy mal con eso, y me doy cuenta que es mi amor propio el que me hace reconocer esas cosas malas en mi como cosas que no tienen que continuar en mí, es decir entonces, que yo deseo lo mejor para mí, porque me amo, no sería esa la forma en la que tendría que amar a los otros?.
Con el tiempo vivido aprendí mucho sobre relaciones personales, viaje mucho y conocí muchas personas, algunas viven en el lado izquierdo del pecho, mi corazón, otras pasaron por mi vida y dejaron marcas que aunque ya cicatrizaron muchas veces me bloquearon dejándome caer en la desconfianza, pero en la mayoría de esas relaciones aprendí que poco a poco aprenderé a perdonar y podre recibir perdón.
Amaré a los otros con ese amor que desea lo mejor, no que me exige aceptar los errores y pecados de los otros, o amar a una persona que obviamente tiene maldad, como un asesino, un violador, un genocida, etc., amarlos no significa que debo pensar que son menos malos, o que son algo simpáticos, porque yo no pienso eso de mi cuando peco, sino que mi amor se manifestará al desear que sean mejores personas, y eso solo lo lograran conociendo a DIOS.
El primer gran mandamiento es amar a Dios por sobre todas las cosas, y el segundo y no menos por eso, es amar al prójimo como a nosotros mismos… AMAR, la palabra que une estas ideas, amar a DIOS por lo que él ES y no solo por lo que hace por nosotros, conocer a DIOS, y así a través de los atributos de EL conocernos a nosotros mismos como hechos a imagen y semejanza de DIOS, porque solo en El encontraremos el sentido de nuestras vidas, amar a Dios y amar a nuestro prójimo es el resultado de todo mi proceso de conversión, yo entendí que de eso se trababa mi vida y el sentido de todo está en eso, nací para amar a Dios y para amar y servir a mi prójimo.
Mientras más reflexiones haga sobre la salvación, redención, santificación y glorificación de los santos en Cristo menos pensaré en lo que fui, no porque no importe mas porque está en las manos de aquel que hace todo nuevo y no desperdicia ni lagrimas, ni suspiros, ni nada de lo que podamos haber vivido, porque para El somos preciosos, mi ser actual rechaza lo que fui, pero se alegra en saber que nada de eso fue ignorado por alguien mucho más grande que yo.
Gracias Dios por la nueva vida, por mi nueva familia y por los desafíos que vendrán, ayúdame a enfrentarlos con sabiduría, que cada uno de los que decidieron amarte vivan en tus caminos con los ojos puestos en TI el Autor y consumador de nuestra FE!
